Starstrukk es una fiesta de electrónica y descaro que nos sumerge en la vida nocturna de 3OH!3, el dúo de Colorado que aquí se une a Katy Perry. Desde los primeros versos desfilan imágenes de shorts Daisy Dukes, camisetas transparentes y luces de discoteca: todo un catálogo de tentaciones que hace girar cabezas al instante. La canción captura esa sensación de estar hipnotizado por el brillo superficial, por la estética de revista y por la adrenalina de una pista de baile donde cada mirada promete una aventura exprés.
Pero debajo del ritmo pegajoso hay un mensaje sarcástico: el narrador se jacta de “set them up to knock them down”, es decir, de encender ilusiones para después apagarlas sin culpa. “L-O-V-E is just another word I never learned to pronounce” resume su filosofía: el amor es una palabra vacía que nunca se molestó en aprender. Lo importante es el juego, la conquista rápida y sin compromiso. Así, la canción se convierte en un retrato burlón de las relaciones fugaces y del magnetismo de la fama, recordándonos que el brillo de una noche puede ser tan deslumbrante como efímero.