“Oah” es una explosión de pop escandinavo llena de violines y buen humor. Alexander Rybak, el carismático músico noruego que conquistó Europa con su violín, nos invita a un viaje de nostalgia juvenil y enamoramiento instantáneo. Entre coros contagiosos y la divertida onomatopeya oah, el cantante confiesa su amor por Moa, una chica que —para complicar las cosas— es “demasiado joven” para él. Pese a la diferencia de edad, la atmósfera es ligera, casi traviesa, y transmite la emoción de un crush que vuelve loco al corazón.
Detrás del ritmo alegre, Rybak revela sentimientos encontrados: reconoce sus propios errores, sabe que puede no ser la mejor opción y aun así insiste en empezar al menos como amigos. El tema combina vulnerabilidad y picardía; hay súplicas (“no digas quizá”), auto‐ironía (“sé que no soy bueno para ti”) y la dulce esperanza de que el amor juvenil todo lo cure. En resumen, “Oah” celebra la chispa de una atracción aparentemente imposible, recordándonos que el corazón no entiende de reglas ni edades cuando decide cantar. ¡Prepárate para tararear y practicar tu español con esta declaración de amor tan fresca como pegadiza!