Superlover es un himno rockero de Allison Russell junto a Annie Lennox que transforma el dolor global en una invitación vibrante al amor radical: desde las lágrimas que brotan en Palestina, Israel, Tennessee, Sudán, el Congo o Haití, hasta los miedos que giran sin parar como un hula-hoop, la letra enumera heridas compartidas y proclama que la respuesta más poderosa es convertirnos en superlovers capaces de soñar el amanecer cuando la noche está más fría; con imágenes maternales, preguntas cósmicas y un estribillo pegadizo, Russell eleva la fe en un cariño que eclipsa la luna y enciende velas de esperanza, niega cualquier dios de fuego y sangre para afirmar que, si existe, «Dios es Amor», e invita a canalizar nuestra rabia y nuestro duelo en una acción compasiva y colectiva.