¿Alguna vez te aferraste a la idea de encontrar a alguien que ya no está, creyendo verla en cada rostro desconocido? Cornerstone nos sumerge en la mente de un narrador que, después de una ruptura, recorre bares, callejones y hasta el cinturón de seguridad de un taxi buscando el eco de su expareja. Entre confusiones divertidas y momentos algo tristes, el protagonista confunde a desconocidas con ella y, sin pudor, les pregunta si puede llamarlas por su nombre. El resultado es una cadena de encuentros tan absurdos como entrañables, que reflejan lo difícil que es soltar los recuerdos cuando el corazón sigue aferrado.
Al final, su desesperación lo lleva a hablar con la hermana de la ex, a quien ve en la famosa esquina –el “cornerstone”– y que, a pesar de no “deber” hacerlo, le concede ese capricho de llamarla como quiera. Esta pequeña victoria revela un consuelo agridulce: él no ha superado la ruptura, pero al menos alguien comprende su dolor. Con guitarras suaves y letras cargadas de ingenio, la canción retrata la melancolía de extrañar a alguien que ya solo existe en la memoria, invitándonos a reír y empatizar con esa búsqueda de consuelo donde menos lo esperamos.