En “Bye”, Ariana Grande convierte una despedida amorosa en un himno de empoderamiento y autocuidado: entre sintetizadores pop y un coro pegajoso de “boy, bye”, la cantante celebra el momento en que recupera su fuerza interior, hace las maletas y se marcha con la ayuda de su amiga Courtney, dejando claro que el dolor no la detendrá; la letra mezcla nostalgia y alivio mientras Ariana reconoce lo que ambos intentaron, asume sus miedos, se promete no repetir la misma historia y, con una sonrisa de triunfo, proclama que lo que era suyo—su tiempo, su corazón y su libertad—vuelve a sus manos.