Cool Girl retrata la montaña rusa emocional de alguien que intenta adoptar la actitud relajada y despreocupada que su pareja desea, pero que sucumbe a la inseguridad y a los celos cada vez que imagina al otro con alguien más. Entre imágenes intensas —como “quemar el colchón” o “cruzar océanos”— Ashlynn Malia confiesa que, aunque quisiera ser la chica cool, abierta y sin ataduras, la verdad es que le duele sentirse una opción entre muchas y recibir solo las sobras del cariño.
La canción se convierte en un himno de vulnerabilidad moderna: cuestiona las relaciones abiertas, la autoexigencia de fingir frialdad y el choque entre libertad y apego. Malia pone en palabras el deseo de exclusividad, el miedo a ser reemplazada y la frustración de no lograr separar lo físico de lo emocional. Al final, la conclusión es clara: «Intento… pero no puedo». Ese reconocimiento hace de Cool Girl un espejo para cualquiera que haya fingido estar bien con algo que en realidad le rompe el corazón.