¿Recuerdas cómo se sentía tener 17 años? Con "17" Avril Lavigne enciende una máquina del tiempo musical que nos lleva a ese verano sin fin en el que los besos sabían a cigarrillos y refresco, las piscinas ajenas eran territorio de aventuras y el techo de un coche se convertía en el mejor mirador de estrellas. La artista canadiense describe con detalle un romance adolescente rebosante de rebeldía inocente, travesuras nocturnas y la certeza ingenua de que el amor lo podía todo.
Hoy, al oír aquella canción, Avril se descubre sonriendo y confirma que esos recuerdos siguen vivos: correr semáforos en rojo, robar cervezas, desafiar las normas. El estribillo insiste en que estaban “en la cima del mundo”, porque a los diecisiete la libertad parece ilimitada y el futuro todavía no pesa. El tema es una carta nostálgica que celebra la energía, la pasión y el atrevimiento de la adolescencia, recordándonos que cada nota puede resucitar la chispa de nuestro primer gran sueño.