¿Recuerdas esa primera vez en la que despertaste y sentiste que todo estaba bien? En "Innocence", la cantante canadiense Avril Lavigne captura justamente ese instante mágico. La canción celebra la gratitud por las pequeñas cosas, la tranquilidad de sentirse a salvo y la alegría genuina que brota cuando descubrimos un lugar -real o emocional- donde no cabe una sola lágrima. Cada verso es un recordatorio de que, aunque la vida avance rápido, vale la pena desacelerar para saborear el brillo de la inocencia.
El mensaje central es claro: atesora ese estado de dicha antes de que se escape. Con un estribillo que suplica "Please, don't go away", Avril nos anima a abrazar la sensación de plenitud, a protegerla y a no dejar que se diluya entre las prisas diarias. "Innocence" es, en definitiva, un himno a la pureza de las emociones que nos hacen sentir vivos y que -si las cuidamos- pueden perdurar como el mejor de los recuerdos.