10:36 es una ventana a la mente de Beabadoobee, la cantautora filipino-británica que mezcla guitarras noventeras con confesiones crudas. El título hace alusión a la hora exacta en la que la protagonista marca el teléfono, hambrienta de compañía. Desde la primera línea admite que la otra persona no la necesita tanto como ella, revelando un desequilibrio emocional que late en cada verso. Los coros repetitivos refuerzan esa idea de obsesión: necesita un cuerpo cálido para abrazar cuando la soledad acecha en la noche.
La canción navega entre la dependencia y el deseo de cortar ese vínculo. El “I don’t want to” que se repite funciona como un mantra de resistencia, un intento de convencerse de que debe soltar, aunque su corazón diga lo contrario. Así, 10:36 retrata el conflicto interno de buscar a alguien solo para llenar un vacío y la toma de conciencia de que ese consuelo es temporal. La energía rockera contrasta con la vulnerabilidad de la letra, creando un himno corto, directo y muy humano sobre el amor no correspondido y la dificultad de dejar ir.