Bon Jovi, legendario rockero de Estados Unidos, convierte Always en una balada rock que late con la fuerza de un juramento eterno. El narrador se compara con un Romeo herido que sangra sentimientos invisibles: la pérdida de su gran amor lo tiene atrapado en una tormenta emocional que no cesa. Pese a haberse visto siempre como un luchador, ahora confiesa que sin ella se rinde. La canción repasa recuerdos, fotografías y sueños rotos mientras él promete amar “hasta que las estrellas dejen de brillar”.
En este himno a la devoción sin fecha de caducidad, las metáforas de sangre, lluvia y dados cargados subrayan la intensidad del arrepentimiento y el deseo de una segunda oportunidad. El protagonista está dispuesto a pagar cualquier precio: llorar, morir, empezar de cero, lo que haga falta para recuperar a su amada. Always celebra el amor incondicional y reconoce los errores humanos, recordándonos que, cuando se trata de sentimientos verdaderos, el tiempo y la distancia no tienen la última palabra.