¡Prepárate para una receta de rock con sobredosis de pasión! En “Bad Medicine”, el neoyorquino de corazón jerseyense Bon Jovi compara el amor intenso con un medicamento peligroso. El narrador está “enfermo” de deseo: su pulso se dispara, le falta el aire y ningún médico puede salvarlo. Entre guitarras estridentes, enumera síntomas como una fiebre permanente y una adicción que “no deja marca”, demostrando que el romance puede ser tan irresistible como tóxico. La metáfora médica se vuelve divertida: las caricias son inyecciones, los besos son píldoras y la pareja es el único “doctor” capaz de empeorar —y al mismo tiempo satisfacer— esta “enfermedad”.
El tema subraya lo fácil que es engancharse a una relación que sabemos que no nos hace bien, pero que nos hace sentir vivos. Con coros pegajosos y energía ochentera, Bon Jovi nos anima a “agitar” ese frasco de “mala medicina” aun sabiendo que no hay cura. La canción, por tanto, celebra la contradicción del amor: peligroso pero indispensable, doloroso pero placentero. ¡Abre bien los oídos y tu diccionario de términos médicos rockeros, porque este hit es toda una consulta a ritmo de guitarra eléctrica!