Carrie Underwood, la poderosa voz country-pop de Estados Unidos, revive el himno How Great Thou Art y nos invita a mirar al cielo con ojos de asombro. La primera estrofa celebra la majestuosidad de la creación: las estrellas fulgurantes, el trueno retumbante y la inmensidad del universo cantan al unísono la grandeza divina. Cada detalle natural funciona como una prueba visual y sonora del poder de Dios, llevando al corazón a entonar el estribillo “How great Thou art”.
La segunda parte centra su atención en el núcleo de la fe cristiana: el sacrificio de Jesús. La idea de que Dios envíe a su Hijo para asumir nuestros pecados resulta tan impactante que supera incluso la belleza del cosmos. La canción culmina con la esperanza del regreso de Cristo, un momento descrito como el clímax de la alegría y la adoración. Entre la vastedad de los cielos, la cruz redentora y la promesa de un futuro glorioso, Underwood nos recuerda que la grandeza divina se contempla, se siente y, sobre todo, ¡se canta!