Cigarettes After Sex nos invita a entrar en un universo de intimidad susurrada con Nothing's Gonna Hurt You Baby. Con su característico tono dream-pop, esta banda estadounidense pinta una escena nocturna donde la luz es tenue y la complicidad lo llena todo. La voz suave promete protección absoluta: “Nothing's gonna hurt you baby”. Más que una simple frase romántica, es un escudo que convierte la habitación, la música y el alcohol en un refugio invulnerable para dos.
Cada verso describe pequeños rituales que fortalecen ese lazo: bailar al ritmo del R&B noventero, reír con un micrófono de juguete, terminar la noche bajo una ducha que borra los límites entre realidad y fantasía. El mensaje es claro y reconfortante: mientras exista esa conexión cercana, el mundo exterior queda fuera de alcance. La canción, lenta y etérea, envuelve al oyente en la misma manta de seguridad que el narrador ofrece a su amante, convirtiendo lo cotidiano en algo casi cinematográfico.