En “I Don’t Care”, la cantante estadounidense Cyn firma un himno fresco de indiferencia selectiva y amor propio. Tras un cierre de ciclo con alguien que ya no suma, la protagonista declara con humor que no le debe nada a nadie: ni explicaciones, ni odio, ni tiempo. Con imágenes divertidas —bailar en ropa interior, “soltar como papa caliente” o comparar al ex con Darth Vader— la letra celebra ese momento en que uno se desprende del drama y se queda con lo esencial: serenidad, cero enemigos y muchos rizos al viento.
El mensaje es simple pero poderoso: crecer duele, la vida es dura, pero cuando decides priorizar tu paz mental, “no importa” lo que opinen los demás. Al repetir el estribillo “I don’t care” casi como un mantra, Cyn invita a bailar, reírse de los filtros de internet y recordar que la mejor venganza es sentirse bien en tu propia piel. Una dosis de pop ligero que convierte la despreocupación en pura energía positiva.