En Austin, la cantante rusa Dasha cuenta la historia de un sueño que se desmorona sobre el asfalto. La narradora y su pareja habían diseñado un viaje épico sobre ruedas: coche cargado, guitarra afinada y un futuro lleno de atardeceres del desierto. Sin embargo, la mañana de salida él no aparece. Entre latas vacías y maletas aún abiertas, ella descubre que su compañero nunca tuvo intención de marcharse. A partir de ahí se pregunta, una y otra vez, qué demonios pasó: ¿se rompieron las botas, se agotó el dinero, apareció el ex, corrió demasiado whisky?
El resto de la canción es un monólogo de desengaño y despedida. Ella vuelve sola a Los Ángeles y sentencia que, dentro de cuarenta años, él seguirá varado en Austin, borracho y olvidado. Austin es un himno de empoderamiento después de una traición: celebra la valentía de seguir adelante cuando alguien corta las alas a tus planes y muestra, con ironía y coraje, cómo transformar la decepción en libertad.