¿Qué pasaría si el tiempo se arrastrara como un animal herido mientras el mundo se deshace a nuestro alrededor? Así arranca "Time Will Crawl", un tema de David Bowie (icónico artista del Reino Unido) que mezcla ciencia ficción, crítica social y puro rock ochentero. Inspirado por la catástrofe de Chernóbil, Bowie pinta un futuro distópico donde los gobiernos actúan a ciegas, los pilotos atraviesan agujeros imposibles y los ríos se llenan de peces sin pupilas. Todo ocurre bajo un estribillo insistente: Time will crawl… el tiempo se volverá lento y pegajoso cuando ignoremos las señales de alarma.
En este paisaje onírico aparecen imágenes grotescas —dedos que desaparecen por culpa de pastillas, brisas que derriten el metal— que simbolizan la degradación ambiental y moral. Al repetir "till the twenty first century lose", Bowie advierte que, si seguimos pasivos, el siglo XXI terminará antes de empezar. La canción es, a la vez, un grito ecológico, una sátira contra la indiferencia gubernamental y una invitación a despertar. Con su mezcla de fantasía oscura y ritmo contagioso, "Time Will Crawl" nos recuerda que todavía podemos cambiar el curso de la historia… antes de que el tiempo se arrastre hasta detenerse.