Demons es un grito de poder y autoconfianza. Doja Cat enfrenta a sus “demonios” —las dudas internas y los comentarios maliciosos— y los convierte en motivo de celebración: ahora que sus bolsillos están llenos, esas sombras lucen diminutas frente a su éxito. Entre referencias a limusinas, gélidos desplantes y un estricto control de la zona VIP, la artista presume su transformación personal (incluso dejó la nicotina) y repite la pregunta “How my demons look?” como reto a quienes la critican.
A la par, la canción es un guiño burlón a los haters y a la industria. Doja se autodenomina reina, acepta ser vista como “títere” o “vaca de efectivo”, y aun así deja claro que ella mueve los hilos. El tema fusiona humor oscuro con frases provocadoras para afirmar: el dinero y la fama no la cambian, sino que potencian su seguridad. En resumen, Demons es un himno de ego imparable donde la rapera convierte cada ataque en combustible para seguir brillando.