En “Barcelona”, Freddie Mercury —gurú del rock británico— y la soprano catalana Montserrat Caballé funden dos mundos musicales para rendir homenaje a la ciudad mediterránea y a la magia de los encuentros que cambian la vida. La letra arranca como un sueño íntimo (“I had this perfect dream / Un sueño me envolvió”) y se convierte en un himno que celebra la unión de dos almas y de dos culturas. Cada campanada, cada brisa suave y cada “¡Viva!” resalta la emoción de ese primer encuentro que deja sin aliento y que, con suerte divina, volverá a repetirse.
Al mismo tiempo, la canción funciona como declaración de amor a la propia ciudad: Barcelona aparece como “una joya al sol”, un horizonte que invita a vivir, cantar y sacudir los cimientos del cielo. Entre versos en inglés y español, Mercury y Caballé llaman a la celebración (“Let the songs begin / Déjalo nacer”), a la esperanza compartida y a la amistad que perdura “until the end”. Así, el tema se convierte en un viaje épico donde la música borra fronteras y convierte un sueño personal en una fiesta colectiva que late al ritmo vibrante de la capital catalana.