En «I'll Do It», Heidi Montag se mete de lleno en el terreno de la fantasía erótica y la autoafirmación. La cantante le dice a su pareja que está dispuesta a transformarse en lo que él desee — desde una rubia explosiva hasta una enfermera sexy o una colegiala con tirabuzones. Con referencias a tacones, medias de red y hasta un «dungeon», el tema celebra la exploración de los deseos sin tapujos y con plena confianza. El estribillo repetitivo “I'll do it” funciona como un mantra de entrega voluntaria, pero al mismo tiempo destaca la seguridad que ella tiene en su propio poder seductor: “Bitch, I do this”.
Más allá del juego de roles, la canción transmite un mensaje de empoderamiento sexual y libertad: Heidi toma el control de la situación, marca los límites (“look now, don’t touch”) y deja claro que complace porque quiere, no por obligación. Es un himno pop-electrónico para quienes disfrutan de experimentar, comunicarse sin vergüenza y vivir su sensualidad de forma divertida y consensuada.