¿Te acuerdas de esos días en los que bastaban dos mudas de ropa, un coche medio averiado y la promesa de un amanecer para sentirse millonario? Damage Gets Done nos lleva justo ahí: a la época en la que Hozier y Brandi Carlile evocan dos almas jóvenes, sin planes ni dinero, pero rebosantes de deseo por recorrer el mundo. Duermen en suelos ajenos, se pierden por la ciudad y aún así creen tener "lo mejor del mundo en la palma de la mano". Esa libertad impecable—el sol brillando, el depósito apenas con lo justo—se convierte en un himno a la despreocupación juvenil.
Sin embargo, la canción es también un guiño nostálgico a lo que se esfuma cuando la vida adulta irrumpe. El estribillo confiesa que el verdadero daño no se produce en la locura de la juventud, sino después, cuando aparecen las responsabilidades y el amor necesita algo más que gasolina barata y buena voluntad para avanzar. Con la química vocal entre Irlanda (Hozier) y Estados Unidos (Brandi Carlile), este dueto nos hace recordar que, a veces, lo único que necesitamos es a “alguien” con quien sentir que el mundo vuelve a ser joven.