¡Prepárate para sentir cómo el piano chisporrotea! En Great Balls of Fire Jerry Lee Lewis convierte el flechazo en un estallido de puro rock ‘n’ roll. El narrador admite que su nueva pasión le sacude los nervios, le hace morderse las uñas y hasta le vuelve “loco de amor”. Antes se reía del romanticismo, pero un solo beso basta para prender la mecha: ahora solo puede gritar “¡Goodness gracious, great balls of fire!” para describir la energía que le recorre el cuerpo.
Más que una confesión sentimental, la canción es un himno a la sensación vertiginosa de enamorarse. Entre pianos incendiarios y un ritmo contagioso, Lewis mezcla deseo, diversión y un toque de locura. El resultado es un retrato vibrante de ese momento en que el corazón arde con tal intensidad que solo queda bailar, cantar y dejar que el mundo sepa que has encontrado a alguien “tan fina y tan amable” que enciende verdaderas bolas de fuego en tu interior.