¿Alguna vez has sentido que la pista de baile se traslada a tu propio salón? Only Human de los Jonas Brothers convierte esa fantasía en realidad: es una invitación a exprimir cada segundo de la noche, dejarse llevar por un ritmo ochentero y confesar que, cuando el cuerpo pide moverse, no sirve de nada fingir timidez. La letra retrata a dos cómplices que cierran un bar y se llevan la fiesta a casa, donde el amor se vuelve un baile sin reglas y el amanecer solo llega para bajar las persianas.
El mensaje es claro y vibrante: somos solo humanos, y es natural querer quedarnos un rato más con quien nos hace latir el corazón al mismo compás. Entre copas, risas y pasos improvisados, la canción celebra esa chispa que nos empuja a bailar, aunque mañana haya que madrugar. Es un recordatorio alegre de que la felicidad empieza donde suena la música y nadie juzga tus mejores —o peores— pasos de baile.