¿Qué pasa cuando un clásico navideño se cruza con el ritmo del hip-hop? Drummer Boy, la explosiva colaboración entre el canadiense Justin Bieber y el rapero Busta Rhymes, responde con bombos y platillos. La canción retoma la historia del pequeño tamborilero (ese niño que, sin regalos materiales, ofrece su música al recién nacido Rey) y la convierte en una fiesta urbana llena de beats, versos ingeniosos y muchísima energía.
Detrás del flow se esconde un mensaje muy claro: el mejor obsequio no siempre cabe en una caja. Bieber y Busta animan a usar nuestros talentos y a compartir con quienes más lo necesitan, recordándonos que la Navidad (o cualquier celebración) cobra sentido cuando hay generosidad, solidaridad y alegría colectiva. Así, cada redoble de tambor invita a cambiar el mundo con actos sencillos: donar, ayudar, acompañar y, sobre todo, poner el corazón en cada compás.