¡Prepárate para un flechazo al ritmo de Timbaland! Desde el primer “hey” Justin Timberlake nos mete en una pista de baile donde cada beat destila elegancia y seducción. Entre halagos tan dulces como cotton candy y movimientos “tan exigentes” que hipnotizan, el cantante norteamericano celebra la atracción instantánea: quiere conocerla, hacerla sonreír y, sobre todo, que nadie le robe ese privilegio de llamarla My Love.
Pero la cosa va más allá de un simple coqueteo. Justin fantasea con escribir sinfonías, pasear por la playa, tumbarse en el campo y, al final, sellar todo con un “I do”. El rap de T.I. añade seguridad y un toque travieso, mientras el estribillo insiste en que “no hay otra mujer que pueda ocupar tu lugar”. En resumen, la canción mezcla romanticismo sincero con un swagger irresistible: es una moderna propuesta de amor envuelta en beats pegadizos que hacen casi imposible no decir “sí, acepto”.