¿Hasta dónde llegarías para no soltar a la persona que amas? En Selfish, Justin Timberlake se sincera y reconoce que su amor roza la posesión. Con frases como "If I get jealous, I can't help it", el cantante admite sin tapujos que la belleza y la energía de su chica lo tienen fuera de sí. Presume de que sus labios “están hechos” para los de ella y hasta fantasea con “ponerla en un marco” para que nadie más la toque. El resultado es un cóctel de deseo, orgullo y un toque de paranoia que lo hace repetir: “Supongo que soy egoísta”.
Detrás del ritmo pegadizo se esconde un mensaje muy humano: cuando alguien nos enamora por completo, aparece el miedo a perderlo. Justin celebra cada rasgo de ella –su look, su origen, casi su existencia– y confiesa que, sin ese amor, su corazón se quedaría “en línea plana”. Así, la canción se convierte en un himno pop a la pasión intensa y celosa, donde el artista reconoce que luchar contra ese impulso sería inútil. ¡Una invitación a cantar, bailar y reflexionar sobre los límites entre amor, deseo y posesión!