¿De qué va “I Love It”?
Kanye West se une a Lil Pump y a la comediante Adele Givens para soltar una bomba de irreverencia que mezcla humor, provocación sexual y mucho lujo. Desde la primera línea, la canción celebra la libertad de decir lo que antes se callaba: placer explícito, deseos sin filtros y una actitud de no me importa lo que piensen. El repetitivo “You’re such a ho, I love it” funciona como un grito descarado de aprobación a la sexualidad abierta, con Kanye y Pump pavoneándose entre cadenas de diamantes, autos fantasma y fiestas sin límites.
Bajo la superficie escandalosa, el tema lanza pequeñas puyas al postureo social: se burlan del novio “dork”, del agua con gas elegida para impresionar y de quienes ocultan sus gustos reales. Entre rimas sobre cirugía estética y derroche de dinero, los artistas critican la hipocresía y celebran la autenticidad, por muy cruda que sea. “I Love It” es, en esencia, un himno de hedonismo moderno que usa la exageración y el shock para recordarnos que, en 2018, ya nadie finge… y que decirlo alto y claro también es parte del espectáculo.