¿Alguna vez sentiste que los días se repetían como en la película Groundhog Day y que tu brillo se había apagado? En “Smile”, la cantante estadounidense Katy Perry nos cuenta cómo atravesó ese túnel de desánimo para reencontrarse con su sonrisa. Cada lágrima se transforma en una lección, cada rechazo se vuelve una forma de protección divina. Con un ritmo optimista y un mensaje de gratitud, la artista celebra que, tras un largo camino, vuelve a lucir su mejor sonrisa y a brillar a kilómetros de distancia.
El tema es un himno a la versión 2.0 de uno mismo: después de probar el “humble pie” y poner el ego en su sitio, la protagonista resurge más resplandeciente que nunca. Con guiños divertidos a Lionel Richie, los Bee Gees y la Mona Lisa, Katy nos recuerda que no hay atajos para las bendiciones, pero sí una clave: practicar el agradecimiento todos los días. “Smile” nos invita a valorar las caídas, levantarnos con más fuerza y, sobre todo, sonreír con todo el corazón.