Abracadabra es un conjuro que Lady Gaga utiliza para transportarnos a un club nocturno lleno de misterio y magnetismo. Entre chispas, tambores y polvo que arde, la cantante nos plantea un duelo épico: amor o muerte esta noche. Cada verso mezcla imágenes celestiales (pagar peaje a los ángeles) con tentaciones infernales (cuando el diablo se da la vuelta), creando la sensación de que la pista de baile es un tablero donde se juega la vida misma.
La canción invita a dejar atrás el miedo y abrazar la pasión absoluta. Con referencias a la dama de rojo que recita el último poema y a un fantasma en la pista, Gaga nos recuerda que las decisiones apresuradas —guiadas por la música y el deseo— pueden hechizarnos para siempre. Al gritar Abracadabra en el estribillo, sellamos nuestro propio destino: lanzarnos a la magia del momento y convertir cada paso en un acto de poder personal.