¿Qué vale más: un beso o un billete? En Money Honey, la italiana Lady Gaga presume de aviones privados, champán y joyas brillantes, pintando un mundo de lujos que chispean como luces de neón. Cada verso enumera caprichos caros (el "Jag", el velero, la mansión) para recordarnos lo irresistible que puede parecer el brillo del dinero.
Sin embargo, el estribillo da un giro delicioso: por mucha plata que haya en juego, nada debilita más las rodillas de la cantante que el contacto de su amante. "That's money, honey" se convierte en su forma coqueta de decir que el amor y la pasión superan cualquier tarjeta de crédito. Al final, Gaga celebra el placer material pero subraya que lo verdaderamente valioso se encuentra en la intimidad y el cariño, no en la etiqueta del precio.