¡Prepárate para un paseo oscuro y lleno de adrenalina! En The Beast Lady Gaga –la camaleónica estrella del pop nacida en Estados Unidos– nos lleva hasta las 11:59 p.m., el último minuto antes de que todo cambie. Con un ritmo urgente marcado por el “tick-tock”, la cantante anima a su acompañante a apagar las luces, subir la música y soltar al beast que lleva dentro. La letra mezcla terror y deseo: habla de corazones acelerados, miradas temblorosas y un hambre casi animal. Pero, lejos de ser una historia de horror pura, la canción usa la figura del monstruo para hablar de algo muy humano: esas pasiones y verdades que ocultamos por miedo y que, tarde o temprano, quieren salir a la superficie.
En este pequeño film sonoro, Gaga hace de cómplice. No critica la ferocidad, sino que la celebra como un acto de liberación. Cada “I wanna feel the beast inside” es una invitación a dejar de reprimir nuestros instintos y a bailar con esa parte salvaje que nos hace auténticos. Así, lo que empieza como un juego peligrosamente sensual termina convirtiéndose en un himno para abrazar lo que somos, sin máscaras y sin reloj que nos detenga.