¡Prepárate para una noche de neón, claws y colmillos! En “Zombieboy”, Lady Gaga transforma la típica aventura de discoteca en una película de terror pop. Mientras las luces parpadean y el bar se vacía, la narradora se topa con un chico que parece recién salido de la tumba: cansado, sediento y con un magnetismo animal irresistible. Ella lo llama “zombieboy” porque su atracción parece despertar algo dormido e instintivo, tanto en él como en ella. La metáfora del zombi mezcla deseo carnal y peligro, recordándonos que el enamoramiento nocturno puede sentirse tan adictivo como una mordida que vuelve loco al corazón.
Pero atención, esto es fantasía… o casi. Entre besos imaginarios y la adrenalina de “¡pon tus garras sobre mí!”, la cantante confiesa que tal vez sea mejor dejar ese amor como un sueño. El tema juega con la tensión entre entregarse al impulso y mantener la cordura: ella no puede “ver con claridad”, sus “manos están atadas”, pero al mismo tiempo sabe que, cuando amanezca, él volverá a ser solo un recuerdo. Así, “Zombieboy” celebra la emoción de un encuentro prohibido y efímero, con un ritmo que resucita cada vez que le das play. 🧟♂️🎶