¿De qué trata Ultraviolence? Lana Del Rey —cantautora de origen francés en constante coqueteo con la estética vintage— nos sumerge en una historia de amor tan adictiva como peligrosa. La protagonista se describe a sí misma como deadly nightshade, una belladona venenosa, y a su pareja como cult leader. Desde el inicio se percibe la mezcla de belleza, glamour y oscuridad que envuelve su relación: golpes que “se sienten como besos”, sirenas de policía que se confunden con violines y un romance que oscila entre la pasión desbordada y la completa autodestrucción.
El leitmotiv “Ultraviolence” funciona como un estribillo hipnótico que repite la idea central: ese amor tóxico que, aun haciéndole daño, resulta imposible de abandonar. Lana narra el hechizo de una unión en la que la sumisión y la veneración se disfrazan de lealtad eterna, mientras el pasado (la infancia, Nueva York) se entrelaza con la fantasía de un “cielo en la tierra”. En definitiva, la canción retrata la seducción de la violencia romántica, la dualidad de sentirse a la vez víctima y cómplice y la trágica belleza de un amor que brilla tanto como quema.