¿Alguna vez te has aferrado a un objeto pequeño como si fuera un salvavidas emocional? En Bracelet, el cantautor estadounidense Lauv convierte esa pulsera en el protagonista silencioso de una historia de arrepentimiento y nostalgia. El narrador se reprocha haber dicho adiós demasiado pronto y, en sus paseos nocturnos por el "carril de la memoria", se pierde entre recuerdos, insomnio y lágrimas con sabor a melatonina. La pulsera queda como último vestigio tangible del amor perdido: un recordatorio que duele, pero que también le da fuerza para no olvidar lo que siente.
Lo curioso es que Lauv no se queda en la tristeza. Con un ritmo pop luminoso y un estribillo pegadizo, la canción transforma ese dolor en una promesa de sanación: "Voy a llevarla hasta que ya no la necesite... hasta que ya no te necesite". Así, Bracelet nos habla de esos rituales que todos hacemos para superar una ruptura: guardar fotos, coleccionar tickets o, en este caso, lucir una pulsera, y nos recuerda que soltar no siempre es un acto inmediato, sino un proceso lleno de altibajos, beats brillantes y mucho corazón.