¿De qué va «Honey»?
En esta canción, Lenny Kravitz se deja llevar por una atracción que lo desborda. Cada mirada de la persona amada hace que su espíritu se mueva, su corazón lata sin control y la sangre le suba a la cabeza. Es un himno al deseo inmediato: el cantante admite que no puede esperar cuando recibe “la señal” y celebra cómo los pequeños detalles —la ropa, el aroma del cabello— lo encienden al instante.
Más que una simple declaración de amor, «Honey» describe un fuego que se renueva cada vez: “Nunca se siente igual, es diferente siempre”. Kravitz recalca la urgencia de estar juntos, la magia de un amor que siempre se siente nuevo y la promesa de hacer a la otra persona sentirse bien. En pocas palabras, es un canto apasionado a la química irresistible que une a dos personas y que, para él, nunca es suficiente.