Santa Baby es una canción navideña con un twist pícaro que Lindsey Stirling reinventa a ritmo de swing y con su inconfundible violín. La protagonista se dirige directamente a Santa Claus con tono coqueto y divertido, recordándole que ha sido una chica muy buena durante todo el año y, por lo tanto, merece regalos de lujo: un abrigo de piel, un convertible azul claro, un yate e incluso un dúplex. Cada petición viene acompañada de un cariñoso “hurry down the chimney tonight”, como si la impaciencia y la ilusión se mezclaran en la misma chimenea.
Detrás del humor y el glamour, la letra es una sátira ligera sobre el consumismo navideño. La protagonista exagera sus deseos materiales para hacernos sonreír y, de paso, cuestionar cuánto de “necesario” hay en nuestras propias listas de regalos. Con su estilo juguetón, Lindsey Stirling convierte este clásico en una invitación a disfrutar la fantasía de la Navidad sin olvidar que lo más valioso no siempre cabe dentro de un paquete.