“Messy” es un desahogo irónico y lleno de energía donde la cantante inglesa Lola Young expone todos los reproches que recibe por ser “demasiado” de todo: demasiado desordenada, demasiado correcta, demasiado lista o demasiado tonta. Con humor ácido y escenas cotidianas (esperar a -4 °C, fumar “como una chimenea”, olvidar doblar la ropa), la artista retrata una relación en la que cualquier versión de sí misma parece molestar. El estribillo repite la lista de contradicciones para mostrar lo imposible que resulta cumplir con las expectativas ajenas.
Al dejar claro que no quiere ser mil personas distintas para complacer a alguien que “odia a todas”, Lola convierte la canción en un himno a la autenticidad. El mensaje es directo: aceptar los propios defectos —o supuestos defectos— vale más que intentar encajar en un molde cambiante. Así, “Messy” celebra la libertad de ser uno mismo entre riffs de guitarra lo-fi y un tono sarcástico que engancha desde la primera escucha.