Orange Juice pinta una escena muy visual: una estudiante observa a otra en el baño y en la cafetería mientras lidia con la bulimia, “convirtiendo naranjas en jugo de naranja” para después escupirlo. A través de imágenes tan cotidianas como clementinas, espejos y alfombras del colegio, Melanie Martinez denuncia la presión social que empuja a muchas personas a buscar un cuerpo “perfecto”. El estribillo recuerda que tu cuerpo es imperfectamente perfecto, un recordatorio de que nadie debería sentir vergüenza por cómo luce.
En apenas tres minutos, la cantante mezcla crítica y empatía: muestra el dolor físico y emocional de los trastornos alimentarios y, al mismo tiempo, lanza un abrazo sonoro a quienes los sufren. La canción invita a vernos con otros “ojos” -los de la comprensión y el amor propio- y a rechazar la idea de que el valor personal depende de un estándar inalcanzable. ¡Prepárate para conversar sobre salud mental, aceptación y las potentes metáforas frutales que hacen de este tema una lección memorable!