They Don't Care About Us es el himno de protesta de Michael Jackson de 1995. En poco más de cuatro minutos el artista de EE. UU. dispara un torrente de versos que denuncian racismo, brutalidad policial, manipulación mediática y desigualdad social. Con imágenes crudas —“skin head, dead head”, “bang bang, shot dead”— Jackson retrata una sociedad en la que la violencia y la discriminación se normalizan mientras los poderosos miran hacia otro lado.
El estribillo repetido “They don’t really care about us” funciona como un martillazo rítmico que subraya la frustración colectiva: quienes deberían protegernos parecen no preocuparse por nuestras vidas. Sin embargo, el cantante no se queda en la queja; su voz firme (“beat me, hate me, you can never break me”) invita a mantener la dignidad y la resistencia. Escuchar esta canción es sumergirse en una lección de historia contemporánea y, al mismo tiempo, en un llamado vibrante a la justicia y la empatía.