One Hell Of A Song es una confesión musical en la que Mike Posner se abre sobre su propósito, su fe y su talento. El cantante reconoce que no tiene todas las respuestas pero siente que Dios lo guía: “This is what the Lord wants me to do”. Al dejar atrás el alcohol y la marihuana, pierde amigos y se distancia de la fama superficial, aunque conserva algo que nadie le puede quitar: la capacidad de componer canciones memorables. Las menciones a Snoop, Bieber y Jay-Z ilustran el éxito que ha alcanzado gracias a ese don.
A lo largo de la letra, Posner se describe como un chico tímido con un gran corazón que aún no encuentra su lugar en el mundo. Su refugio es la música. Cuando se queda despierto hasta el amanecer y llega la inspiración, siente que es una forma de servicio divino. En resumen, la canción celebra la autenticidad y la vocación artística: ni fiestas ni alfombras rojas, solo la alegría de crear una canción del carajo que refleje la verdad.