Slow Hands del artista irlandés Niall Horan es un coqueteo hecho canción. Con un groove pop-funk y una guitarra contagiosa, Horan deja atrás la inocencia para sumergirse en una atmósfera descaradamente sensual. Desde la primera línea, la propuesta es directa: dos personas que, cautivadas por la atracción, quieren llevar la fiesta a un terreno más privado.
En la letra, las imágenes de back sweat dripping down the dirty laundry y el estribillo slow hands dibujan un momento íntimo, casi cinematográfico, donde las caricias se saborean sin prisas. Ella toma la iniciativa, él responde sin dudar y ambos aceptan que no hay marcha atrás. La canción celebra el deseo mutuo y el juego previo, ese instante eléctrico en el que el tiempo se ralentiza y las manos lentas lo dicen todo.