Wouldn’t It Be Good combina la vibra alegre del synth-pop ochentero con una letra que late de frustración y envidia. El narrador se siente atrapado en una vida que le pesa: habla de frío que cala, calor que sofoca y peleas internas que ya no quiere librar. Al mirar a la persona que tiene enfrente, imagina que su existencia es mucho más fácil y sueña con cambiar de lugar aunque sea por un día. Esa fantasía de “la hierba siempre es más verde al otro lado” convierte la canción en un himno para cualquiera que alguna vez haya pensado que la vida de los demás es perfecta.
Pero la canción también lanza una advertencia: no conocemos las batallas ajenas. Cuando el protagonista dice “quédate fuera de mis zapatos si sabes lo que te conviene”, insinúa que cada quien lleva su propio peso, por más ligera que parezca su carga desde fuera. Nik Kershaw, desde Inglaterra, nos invita a reflexionar sobre la empatía y a mirar con nuevos ojos nuestras circunstancias antes de desear la vida de otro.