All-American Bitch es un grito sarcástico contra el molde de la “chica perfecta” que la sociedad espera de las mujeres jóvenes. Olivia Rodrigo enumera, con ironía, todas las cualidades “ideales” que se le exigen: ser ligera como una pluma, comprensiva, siempre agradecida, sexy pero recatada y, por supuesto, jamás mostrar enojo. Cada línea funciona como un espejo distorsionado que revela la presión de verse impecable por fuera mientras se ahoga cualquier emoción incómoda por dentro.
A lo largo de la canción, la cantante alterna imágenes de glamour clásico (botellas de Coca-Cola para rizar el cabello, la dinastía Kennedy) con confesiones explosivas (“I scream inside to deal with it”). Esa mezcla de dulzura pop y rabia punk crea un himno de rebeldía contra la perfección impostada. En lugar de aceptar su “lugar”, Olivia se apropia del estereotipo para desmontarlo y recordarnos que la autenticidad vale más que cualquier título de perfect all-American girl.