¿Cansado de huir? «Runaway» de Passenger nos invita a apagar el motor de esa locomotora interna que no sabe detenerse. A lo largo de la canción, el narrador confiesa que su corazón, su amor e incluso su alma han sido aventureros obstinados: runaway, stowaway, castaway. Ha vivido entre fogatas y carreteras, siempre en movimiento y, sin embargo, siempre solo. Al compararse con trenes que jamás descansan y piedras que siguen rodando sin encontrar hogar, descubre que esa huida constante le impide conocer el amor de verdad.
La luz del cambio aparece cuando “puede sentirlo”. Esa chispa ilumina su decisión de quedarse, de echar raíces, de experimentar la calma de un lugar (o un alguien) al que pertenecer. El estribillo pasa de la negación a la afirmación: “I don’t want to run away”. Así, Passenger convierte la clásica imagen del trotamundos en una oda a la valentía de parar, mirar alrededor y decir: “Ya basta, el amor está aquí si dejo de escapar”. Una canción perfecta para reflexionar sobre nuestras propias carreras y preguntarnos si quizá ha llegado la hora de quedarnos a disfrutar del viaje en vez de huir de él.