En To Be Free, Passenger nos invita a remontarnos a 1953, a los soleados pero áridos campos de Vineland, Nueva Jersey. Allí comienza la odisea de una familia alemana que huye de las cicatrices de la Segunda Guerra Mundial y cruza el Atlántico como plumas al viento. A través de imágenes de veranos abrasadores y helados inviernos, la canción muestra el constante desplazamiento de quienes pierden su hogar y se lanzan a lo desconocido en busca de un lugar donde sentirse libres.
Décadas después, el narrador retoma el viaje de su padre, recorriendo California, África, Francia y finalmente Inglaterra, donde él mismo nace. Este periplo intergeneracional revela que la libertad no siempre está en un destino físico, sino en la capacidad de reinventarse y seguir adelante sin perder la esperanza. Con metáforas de plumas y semillas flotando, Passenger nos recuerda que todos somos viajeros que cargamos nuestra historia, nuestras heridas y, sobre todo, nuestro anhelo de pertenecer.