¿Alguna vez has querido decir adiós, pero tu corazón insiste en quedarse? En “Goodbyes”, Post Malone y Young Thug nos abren la puerta a una relación turbulenta donde el placer se mezcla con el dolor. Entre copas, discusiones y reproches, ambos protagonistas se sienten atrapados en un ciclo tóxico: quieren alejarse porque se hacen daño, pero la necesidad y la costumbre los atan. El estribillo "I'm no good at goodbyes" revela que, por más que lo intenten, ninguno sabe despedirse sin lastimarse.
La canción pinta una escena cruda y muy humana: el impulso de escapar choca con el miedo a la soledad. Post Malone confiesa que necesita ser “salvado” tanto como ella, mientras Young Thug aporta imágenes exageradas y celosas que muestran lo posesivo que puede volverse el amor. En conjunto, la letra funciona como un recordatorio de que, a veces, el mayor acto de amor propio es cerrar la puerta y decir un adiós definitivo… aunque nos cueste. 🎵💔