En It's A Hard Life, Queen nos abre el corazón con un himno cargado de dramatismo sobre lo difícil que es amar. Freddie Mercury se coloca en la piel de quien acaba de perder un gran amor y confiesa sin rodeos que prefiere renunciar a su libertad antes que vivir con el corazón roto. La letra repasa esa montaña rusa de emociones: culpa, dolor, incredulidad, sentimientos que cualquiera puede experimentar tras una ruptura.
Sin embargo, entre la melancolía emerge la esperanza. El narrador reconoce que amar es una batalla larga y ardua en la que resulta esencial aprender a cuidarse y confiar mutuamente desde el primer día. Aun así, decide seguir adelante, esperar que el amor vuelva a caer del cielo y, cuando mire atrás, poder decir con orgullo "I did it for love". De esta manera, la canción combina la dureza de la pérdida con la valentía de seguir creyendo que el amor siempre vale la pena.