¿Qué pasaría si el cielo literalmente “cayera” sobre nosotros? Esa es la pregunta inquietante que plantea R.E.M. en Fall On Me. Con imágenes de plumas frente a hierro, “comprar y vender el cielo” y torres que crecen sin sentido, la banda de Georgia (EE. UU.) denuncia cómo el progreso mal entendido pone en peligro nuestro planeta. El estribillo “Don’t fall on me” es un ruego para que la naturaleza no colapse por culpa de la ambición humana: acid rain, polución y sobreexplotación se mezclan en esta súplica musical cargada de conciencia ecológica.
Al escucharla, imagina una balanza gigante donde una pluma toca tierra antes que una pesada pesa… algo no cuadra. Así revela la canción la fragilidad del equilibrio ambiental. R.E.M. nos invita a alzar los brazos hacia el cielo y cuidarlo, porque si lo “vendemos” o lo “sangramos”, ya no quedará nada encima de nuestras cabezas. Fall On Me combina mensaje social, melodía dulce y coros contagiosos, convirtiéndose en un himno que nos recuerda: progresar no significa destruir.