¿Alguna vez te han despertado con la frase: “¡Tenemos que irnos ya, hice una bomba!”? Eso es exactamente lo que le sucede a Morty cuando su abuelo Rick, un científico tan genial como peligroso, irrumpe en su habitación en plena madrugada. Con un vehículo volador construido con chatarra del garaje y un plan descabellado para “reiniciar” la humanidad, Rick arrastra a Morty a una aventura que combina humor absurdo, caos y mucha tensión. Mientras vuelan hacia la posible destrucción del planeta y la improbable cita con Jessica, Morty representa la voz de la razón, cuestionando cada decisión temeraria de su abuelo.
En el fondo, Wake Up, Morty usa la comedia para explorar temas más profundos: el choque entre la moral y el nihilismo, la responsabilidad frente al poder y el valor de la empatía incluso cuando todo parece perdido. Rick juega con la idea de ser un dios caprichoso, mientras Morty demuestra que, aun rodeado de locura, siempre hay espacio para la compasión y el sentido común. El resultado es una escena sonora llena de adrenalina que nos recuerda que la verdadera fuerza puede venir de decir “basta” incluso al genio más brillante del universo.