«I Believe I'm Fine» junta el ritmo electrónico de Robin Schulz (Alemania) y Hugel (Francia) con una historia de amor que se deshilacha. El protagonista recuerda cuando era el héroe al que su pareja llamaba en los malos momentos, pero ahora siente que lo han dejado en visto. Con preguntas sin respuesta y un cariño que se enfría, percibe cómo la otra persona ya no «necesita» su amor como antes.
El gancho “Maybe I believe I'm fine” funciona como un mantra: si lo repite lo suficiente, quizá consiga convencerse de que está bien… aunque el corazón diga lo contrario. La canción mezcla la energía del dance con la vulnerabilidad de quien lucha por aceptar una despedida, creando un contraste que te hace bailar mientras procesas la nostalgia.