¿Alguna vez te has mirado al espejo y has pensado: “No encajo en los clubes de moda ni en los planes de domingo, pero aquí sigo, buscando mi lugar”? Eso es justo lo que canta Rudimental junto a la poderosa voz de Emeli Sandé en “Free”. La letra confiesa defectos cotidianos -tomar más de la cuenta, no hacer yoga, llevar dos pies izquierdos- y muestra la frustración de que el mundo no siempre coincide con lo que el corazón espera. Sin embargo, en medio de tanta duda aparece un grito optimista: c’est la vie… ¡al menos soy libre!
La canción celebra la libertad de ser imperfectos y de seguir soñando aunque no sepamos muy bien hacia dónde vamos. Es un himno para los que se sienten raros en las fiestas, para los que duermen hasta tarde los domingos y para quienes aún buscan su “home sweet home”. Con ritmos intensos de drum and bass y un estribillo que se queda grabado, “Free” nos anima a aceptar nuestros fallos, levantar la cabeza y reivindicar lo más valioso: la capacidad de elegir nuestro propio camino.